Cómo mejorar la relación con tu hijo adolescente
En este post vamos a explicar cómo evolucionan emocionalmente los niños al llegar a la adolescencia y compartiremos algunos consejos para lograr una buena comunicación que facilite la relación entre padres e hijos y que permita a los padres acompañar a sus hijos en esta etapa vital.
Al acercarse a la adolescencia, los niños experimentan grandes cambios físicos, de identidad y de relación, tienen nuevos intereses, más vida social y se vuelven más independientes de sus padres. En muchas ocasiones, surgen problemas de convivencia y aumentan las discusiones en casa. A pesar de eso, durante esta etapa de transición, los jóvenes necesitan orientación y el apoyo de sus progenitores para obtener una sensación de seguridad que les proteja de los altibajos que pueden experimentar1,2,3.
Los desafíos de la relación padres-adolescentes
Durante la adolescencia, los jóvenes necesitan distanciarse emocionalmente de sus padres para madurar. Por eso, a menudo3:
- Rechazan las normas establecidas y las expectativas familiares impuestas.
- Están convencidos de que pueden cuidar de sí mismos y quieren decidir por sí solos.
- Sus preferencias y aficiones cambian.
- Los amigos adquieren un papel más importante, son el centro de sus vidas, y la familia pasa a un segundo plano.
- Entran en contacto y tienen curiosidad por probar cosas nuevas, como el alcohol, el tabaco y las drogas ilegales.
- Comienzan a tener relaciones afectivas y sexuales, que deben aprender a manejar.
- Deben comenzar a decidir su futuro laboral.
Para poder gestionar estas nuevas situaciones, es positivo mantener un diálogo abierto y natural con los padres, que pueden orientarlos. Para poder darles el apoyo que necesitan, es importante escuchar la opinión de los hijos y no tratar ningún tema como un tabú3.
Cómo comunicarse de manera efectiva con tu hijo adolescente1
Para lograr una comunicación natural, es necesario compartir tiempo en familia, para facilitar una comunicación fluida que ayude a mejorar la relación con el adolescente.
- Aprovecha las comidas o cenas familiares: comparte la preparación de las comidas con tu hijo. Reservaros al menos un día para comer todos juntos. Esto mejorará la conexión y cercanía en la familia, además de potenciar el trabajo en equipo.
- Muéstrale afecto: un beso o un abrazo de buenas noches harán que tu hijo se sienta querido y seguro. Si se siente incómodo, respeta su espacio y muéstrale el afecto de otra forma, por ejemplo, dándole una palmada en el hombro.
- Disfruta del día a día: realiza actividades cotidianas en compañía de tu hijo, por ejemplo, pasear al perro, ver películas o hacer deporte. Fomentar las situaciones en las que te puede contar lo que le ocurre facilitará que tu hijo se abra contigo.
- Celebra los momentos especiales: convierte en tradición la celebración de sus cumpleaños o festeja ocasiones menos especiales, como unas buenas notas o una buena acción.
- Involúcrate: acude a las actividades que te proponga, pregúntale cómo ha ido su día en clase y enséñale a gestionar los contratiempos. También es importante enseñarle a no rendirse.
- Regula el uso de los dispositivos electrónicos: establece unos límites coherentes, respetando su libertad y no entres en sus dispositivos, a no ser que sea necesario por seguridad. Tú debes ser también un modelo para él en cuanto a cómo utilizarlos.
- Cambia la forma de comunicarte con él: no es necesario que resuelvas las cosas por él, pero muéstrale tu apoyo y herramientas para que pueda solucionar las cosas por sí mismo.
Consejos para manejar los conflictos y desacuerdos
Al inicio de la adolescencia se producen más discusiones entre el adolescente y sus padres, pero estas van disminuyendo con el paso del tiempo, a medida que el hijo va madurando3. Para lograr esta maduración, es necesario guiarle, y para eso, es importante2:
- Conocer cuáles son las necesidades y las conductas de los adolescentes, lo que te permitirá tener una mejor perspectiva y ser más paciente.
- Promover su autonomía, que es el objetivo prioritario del paso de la niñez a la edad adulta. Cuanta más capacidad de autonomía tenga, mejor será la adolescencia.
- Ser paciente con los cambios temperamentales y actitudes prepotentes.
- Utilizar los conflictos como una oportunidad para aprender.
- Conocer y respetar a sus amigos y darle herramientas para que pueda enfrentarse a la presión de grupo.
- Establecer normas claras y ser flexibles en su forma de aplicación.
- Reforzar las conductas y las actitudes positivas de los hijos para reducir los puntos de conflicto entre padres e hijos.
- Esforzarse en conocer mejor sus intereses para comprender mejor a los hijos y reforzar su autoestima.
- Respetar sus valores.
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Referencias:
1 Mantener una buena relación con su hijo preadolescente. KidsHealth. Julio, 2022.
2 ¿Cómo mantener una buena relación con mi hijo o hija adolescente?. CEAPA. Consultado en noviembre, 2022.
3 Padres y adolescentes: cómo mejorar su relación. AEPED. Abril, 2014.