Fracturas en la infancia: todo lo que necesitas saber

En este episodio de Sin Cita Previa, abordaremos las particularidades y el manejo de las fracturas en los niños. ¡Acompáñanos para descubrir por qué son diferentes a las de los adultos y cómo actuar cuando sospechamos su posible existencia!

¿Por qué las fracturas en niños son diferentes a las de los adultos?

Los huesos de los niños no son simplemente versiones más pequeñas de los huesos de los adultos; tienen características diferentes que influyen en cómo responden ante un traumatismo. Estas son algunas de ellas:

• Elasticidad y regeneración: los huesos infantiles son más elásticos, lo que les permite absorber impactos significativos sin romperse. Además, tienen una gran capacidad regenerativa mayor gracias a las características de su periostio, una capa que recubre el hueso y que está en los niños altamente vascularizada si la comparamos con la de los adultos, facilitando la curación y remodelación ósea más rápida.
• Tipos de fracturas: los niños suelen sufrir tipos específicos de fracturas que raramente se dan en adultos, como por ejemplo las fracturas en tallo verde y las fracturas de la pata de elefante. Este tipo de fracturas son generalmente menos graves y tienen un mejor pronóstico en cuanto a su recuperación.
• Placas de crecimiento: los huesos largos en los niños tienen unas zonas específicas,  las placas de crecimiento, que son zonas por las que se genera el crecimiento de los huesos en longitud. Las fracturas que afectan a estas zonas pueden dar problemas adicionales porque pueden afectar al crecimiento del hueso.

¿Cómo sospechar si un niño se ha roto un hueso?

Identificar una fractura en un niño puede ser complicado, especialmente cuando no hay signos visibles como pueden ser deformidades o hematomas importantes. Aquí te damos algunos signos y síntomas que sugieren la presencia de una fractura:

• Impotencia funcional: si después de un golpe, el niño muestra dificultad para utilizar adecuadamente la extremidad afectada (cojea o no puede usar un brazo), podríamos estar ante una fractura.
• Dolor importante: si se desencadena un dolor desproporcionado para el golpe recibido o que no se alivia con medidas habituales como la administración de un analgésico puede ser indicativo de que la lesión es más seria de lo que se pensaba.
• Deformidades visibles: cualquier cambio en la forma normal de una extremidad después de un golpe es una señal clara de que existe una fractura.
• Rigidez o hinchazón: estos son signos comunes de traumatismo del tejido blando, si aparecen, hay que cerciorarse de que no se acompaña de una fractura.

Si observas alguno de estos signos o síntomas, es crucial que el niño sea evaluado por un profesional de salud, quien probablemente recomendara hacer una radiografía para confirmar la presencia de una fractura y diagnosticar tanto su tipo como su severidad.

Te invitamos a escuchar el episodio completo en nuestro pódcast Sin Cita Previa para saber más detalles sobre las fracturas durante la infancia. ¡Te esperamos!

Referencias:

¹Fracturas en la Infancia, de Sin Cita Previa con Dos pediatras en casa. Octubre, 2024.