Lo que deberías saber sobre la infección bucodental
La infección bucodental es una afección seria que puede tener graves consecuencias para la salud general si no se trata adecuadamente. Este artículo explora en detalle qué es la infección bucodental, sus causas, síntomas y posibles complicaciones, así como la manera de prevenir y tratar sus efectos.
¿En qué consiste una infección bucodental?
La infección bucodental es una infección bacteriana que puede afectar a los dientes, las encías y/o los tejidos circundantes en la boca. Por lo general, se produce cuando una caries no tratada llega a la pulpa del diente o por bacterias que se acumulan en la boca debido a la falta de higiene dental adecuada.
Cuando las bacterias presentes en la boca penetran en el diente a través de una cavidad profunda o llegan a la raíz del diente debido a una infección en las encías, pueden llevar a la formación de pus (un acúmulo de células muertas y bacterias) en el tejido afectado, lo que provoca dolor, hinchazón y sensibilidad. Si la infección no se trata a tiempo, las bacterias pueden diseminarse a través del torrente sanguíneo hacia otras partes del cuerpo, lo que puede resultar en complicaciones graves como sepsis, una respuesta inflamatoria sistémica potencialmente mortal.
Por ello, es crucial tratar las infecciones dentales a tiempo para prevenir que se propaguen y causen complicaciones más serias.
Síntomas y complicaciones de la infección bucodental
Los síntomas de la infección bucodental pueden variar en gravedad dependiendo de la extensión de la infección, pero algunos de los más comunes incluyen:
- Dolor intenso localizado en el diente afectado.
- Sensibilidad al calor y al frío.
- Enrojecimiento en la zona de la infección.
- Inflamación de las encías.
- Mal aliento persistente.
- Fiebre y malestar general en casos más graves.
Si las infecciones dentales no se tratan adecuadamente, pueden propagarse a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo, lo que aumenta el riesgo de complicaciones graves como:
- Abscesos: acúmulos de pus alrededor del diente o la encía infectada.
- Endocarditis: infección del revestimiento interno del corazón.
- Infecciones cerebrales: las bacterias pueden llegar al cerebro y causar meningitis u otras infecciones graves.
- Sepsis: si una infección dental no se trata adecuadamente, las bacterias pueden propagarse a través del torrente sanguíneo a otras partes del cuerpo. Esto desencadena una respuesta inflamatoria sistémica en el cuerpo, lo que puede afectar órganos vitales y provocar sepsis, una condición potencialmente mortal.
Además, las infecciones dentales crónicas pueden contribuir a otros problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, diabetes mal controlada o complicaciones en pacientes inmunodeprimidos.
Tratamiento y prevención de la infección bucodental
El tratamiento de la infección bucodental generalmente implica una combinación de medidas para eliminar la infección y aliviar los síntomas. Algunas de las opciones de tratamiento incluyen:
- Antibióticos: en algunos casos, se pueden recetar para combatir la infección y prevenir su propagación a otras partes del cuerpo.
- Tratamiento de conducto radicular: en casos en los que la infección ha llegado a la pulpa del diente, puede ser necesario realizar un tratamiento para limpiar y desinfectar el conducto radicular, con la intención de salvar el diente.
- Drenaje del absceso: si se forma un absceso, el dentista puede drenarlo para liberar el pus y reducir la presión en la zona afectada.
- Extracción dental: si el diente está muy dañado y no se puede salvar, puede ser necesario extraerlo para detener la propagación de la infección.
Además del tratamiento dental específico, es importante tener en cuenta las medidas que pueden ayudar a prevenir la aparición de infecciones bucodentales en el futuro. Estas medidas de prevención implican:
- Mantener una buena higiene bucodental cepillando los dientes, al menos, dos veces al día.
- Incorporar el uso de hilo dental y enjuague bucal para una mayor limpieza.
- Visitar regularmente al dentista para chequeos y limpiezas.
En conclusión, es crucial prestar atención a los síntomas de la infección bucodental, como dolor intenso, hinchazón, sensibilidad y fiebre, y buscar tratamiento dental profesional de inmediato. Las infecciones dentales no tratadas pueden evolucionar y propagarse a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo, lo que aumenta el riesgo de complicaciones graves como abscesos, endocarditis, infecciones cerebrales e incluso sepsis.
Mantener una buena higiene bucodental, visitar regularmente al dentista y atender cualquier problema dental de manera oportuna son medidas clave para reducir el impacto de las infecciones bucodentales en la salud.
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