Protectores solares o fotoprotectores: aliados esenciales frente a la radiación solar

Publicado:
 •
5 min
Share

Actualidad
Piel
Prevención

Protectores solares o fotoprotectores: aliados esenciales frente a la radiación solar - Adeslas Salud y Bienestar

En este artículo explicaremos las características básicas de los fotoprotectores, su composición y diferentes tipos, así como la importancia de su utilización y las recomendaciones para proteger la piel de la radiación solar.


Los beneficios del sol para la salud son múltiples, incluyendo la mejora del estado de ánimo, la regulación de los biorritmos y del sueño, la participación en la síntesis de vitamina D y la mejora de la circulación sanguínea, entre otros1.

Sin embargo, la excesiva exposición a los rayos solares puede provocar un envejecimiento precoz y aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel. Por ello, es necesario protegerse de la radiación solar por medio de la utilización de protectores solares o fotoprotectores1-3.

Fotoprotectores y radiación ultravioleta2, 3

La historia documentada de los protectores solares remonta sus inicios al Antiguo Egipto, cuya cultura otorgaba un elevado valor estético a la piel clara.

Sin embargo, en la actualidad, los argumentos relacionados con la utilización de fotoprotectores están más ligados a la protección de la salud.

En primer lugar, hay que distinguir entre dos tipos principales de rayos ultravioleta (UV):

  • Los rayos UV-A (longitud de onda: 320-400 nm): tienen la capacidad de penetrar en la dermis y dañar el ADN al producir especies reactivas de oxígeno. Son el principal contribuyente al fotoenvejecimiento.
  • Los rayos UV-B (longitud de onda: 290-320 nm): son responsables de las quemaduras solares, dañando directamente el ADN mediante la formación de diferentes sustancias.

De este modo, además del envejecimiento de la piel, los efectos de la exposición a la radiación UV incluyen la inmunosupresión, el agravamiento de algunas patologías cutáneas y el aumento de riesgo de diferentes tipos de cáncer como: carcinoma de células basales, carcinoma de células escamosas y, el más peligroso de todos, el melanoma.

En este contexto, la fotoprotección es una de las estrategias más importantes de prevención de la salud.

Tipos de protectores solares3-5

Los protectores solares se pueden clasificar en función de su naturaleza y modo de aplicación (lociones, aerosoles, geles, barras, etc.), además de por sus componentes. Los ingredientes del protector solar permiten diferenciar dos grandes grupos:

  • Protectores solares químicos: contienen ingredientes como avobenzona, octinoxato y oxibenzona. Estas sustancias son capaces de absorber la radiación UV. Son bien absorbidos por la piel, aunque causan más reactividad alérgica. Son los más utilizados en la actualidad.
  • Protectores solares físicos (bloqueadores o pantallas solares): reflejan la radiación ultravioleta en la piel, impidiendo que penetre en la dermis. Contienen partículas de óxido de zinc, dióxido de titanio o diferentes mezclas de ingredientes activos. Son más tolerables desde el punto de vista alergénico.

Factor de Protección Solar (FPS)3, 5, 6

El Factor de Protección Solar (FPS) indica la capacidad de un protector solar para evitar la aparición de eritema o irritación en la piel por la radiación UV-B. Se indica con un número, el cual informa del número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa de la piel frente al daño cutáneo previo a una quemadura. De este modo, cuanto más alto es el FPS, mayor es el tiempo que permite de exposición al sol sin consecuencias negativas.

Protectores solares de amplio espectro3, 5, 6

Dado que el FPS solo mide la protección contra los rayos UV-B, es recomendable el uso de protectores solares de amplio espectro, ya que también protegen frente a los rayos UV-A.

Aun así, este nivel de protección puede no ser suficiente, ya que la luz solar incluye otras fracciones lumínicas como la infrarroja y la visible de alta energía o “luz azul”, que también presentan un potencial perjudicial para la piel. De este modo, la luz infrarroja se relaciona con el envejecimiento de la piel, mientras que la luz azul puede causar hiperpigmentación, envejecimiento de la piel y producción de radicales libres prooxidantes. Por todo ello, algunos protectores solares también incorporan protección contra la luz infrarroja y la azul.

Otras formas de fotoprotección2, 7

Además de los protectores solares de aplicación tópica (directa en la piel), en la actualidad están proliferando los agentes fotoprotectores de actuación a nivel sistémico.

Estos incorporan, a través de su ingesta oral, diferentes ingredientes como antioxidantes y sustancias que reparan el ADN celular dañado por la radiación solar, así como componentes capaces de eliminar las células dañadas. Estos suplementos pueden incluir extracto vegetal de polypodium leucotomus, nicotinamida, carotenoides, polifenoles vegetales y coenzima Q10, entre otros.

La importancia del fototipo3, 8

Existe una capacidad diferente para asimilar la radiación solar en función de cada tipo de piel o fototipo. La piel más oscura tiene un mayor contenido de melanina, lo que proporciona cierta protección contra la radiación ultravioleta.

Sin embargo, es recomendable que todas las personas, independientemente de su tipo de piel, utilicen métodos de protección solar, incluida la aplicación de fotoprotectores de amplio espectro con FPS 30 o superior.

Recomendaciones para proteger la piel frente a la radiación solar2, 3, 5, 6, 9

Con el objetivo de promover una exposición solar segura se recomienda seguir una serie de pautas, entre las que se encuentran:

  • En cuanto al uso y aplicación del protector solar:
    • Optar por uno con un FPS de 30 o superior y de amplio espectro (efectivo frente a los rayos UV-A y UV-B).
    • Es recomendable que también proteja de la radiación infrarroja y de la radiación visible (luz azul), y que incluya reparadores del ADN, como enzimas y antioxidantes.
    • Aplicarlo de 15 a 30 minutos antes de la exposición solar.
    • Repartirlo de forma uniforme por todo el cuerpo y en cantidad generosa.
      • No olvidarse de zonas que pueden pasar más desapercibidas, como las orejas o los empeines.
      • Se recomienda la cantidad de 2 mg de protector por cada cm2 de piel, lo que equivale a unas 6 cucharadas de café o 30 ml para el cuerpo de una persona de talla media.
    • Repetir la aplicación como mínimo cada 2 horas o después del baño, de haberse secado o sudado.
    • Utilizarlo también en días nublados. Las radiaciones UV atraviesan las nubes y se reflejan en todo tipo de superficies.
  • Los fotoprotectores tienen fecha de caducidad. En sus envases suele indicarse el tiempo de duración tras su apertura a través de una ilustración de un bote abierto con un dígito y una M de mes/meses (por ejemplo: 6 M). Por ello, es importante renovarlos cada verano ya que la capacidad de protección puede haberse visto afectada.
  • No es recomendable aplicar fotoprotectores en los menores de 6 meses de edad, ya que no deben exponerse al sol.
  • Evitar la exposición durante las horas centrales del día (entre las 12 y 16 h).
  • Utilizar ropa ligera que cubra la piel, sombrero de ala ancha y gafas de sol.
  • Tener presente que los dispositivos de cabinas de bronceado son más peligrosos que la luz solar natural, ya que suelen emitir radiación UV a niveles más elevados.
  • Existe un riesgo teórico de que el protector solar disminuya los niveles de vitamina D, debido al bloqueo de los rayos UV-B que participan en la formación de vitamina D3 en la piel. Sin embargo, los datos disponibles actualmente no muestran esa correlación.
  • Es preferible el uso de un protector solar bien aplicado con un FPS elevado que una sombrilla, ya que esta no protege de la radiación reflejada en el suelo.
  • Motivar la ingesta de agua, siempre que sea posible, para prevenir la deshidratación.
  • Reponer la hidratación de la piel tras la exposición solar.

 

Además, si eres asegurado de Adeslas, recuerda que tienes disponible nuestro Servicio de Orientación Médica General, donde podrás obtener más información.

 

 

Referencias:

1El sol y la salud. Clínica Universidad de Navarra. Consultado en mayo, 2024.

2What's New in Photoprotection: A Review of New Concepts and Controversies. Dermatologic Clinics. Abril, 2019.

3Dispelling myths about sunscreen. Journal of Dermatological Treatment. Julio, 2020.

4Manual SEOM de prevención y diagnóstico precoz del cáncer. Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Año 2017.

5Fotoprotectores. ¿Cuál utilizar? En Familia. Asociación Española de Pediatría. Mayo, 2024.

6Uso correcto de la crema solar. Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES). Julio, 2016.

7Protección solar. Nuevos activos. Offarm. Mayo, 2011.

8¿Qué es el fototipo y cuántos hay? Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Septiembre, 2016.

9Consejos para una adecuada protección solar. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Consultado en mayo, 2024.